EUROPA
PRESS
15
septiembre 2016
Actualmente, la dieta sin gluten ha crecido como fenómeno social
"porque creen que es más saludable y porque se asocia a una pérdida de
peso, lo cual es un error", ha declarado a Europa Press
el director de la Clínica CINUSA e investigador en el departamento de Medicina
de la Universidad Complutense de Madrid, Ismael San Mauro. Por tanto, aunque el
gluten no es una proteína esencial para la salud humana, no es conveniente
prescindir de este ingrediente sin la recomendación de un experto.
"Por
un lado, hay que distinguir a aquellas personas que tienen alguna sensibilidad
al gluten que serán las beneficiadas al prescindir de él en la dieta y, para
ello, se debe hacer un diagnóstico claro. En este caso, tanto para celiacos
como para aquellos con sensibilidad se debe eliminar de la dieta", ha
añadido el experto, quién ha abordado este tema en el seminario 'Trastornos
relacionados con el gluten y sus implicaciones clínicas y sociales', organizado
por Dr. Schär Institute.
En este
sentido, es necesario diferenciar entre una recomendación global de nutrición
comunitaria para toda la población, de una recomendación para el posible
beneficio de un conjunto de personas que tiene sensibilidades al gluten.
"La dieta sin gluten puede ser beneficiosa para quienes padecen,
especialmente, enfermedad inflamatoria intestinal, enfermedades autoinmunes,
alteraciones hormonales y, quizás, algunas neurológicas", ha explicado el
doctor San Mauro.
La
recomendación principal antes de sumarse a la moda de 'gluten free' es
"acudir a un profesional, porque puedes tener una dieta nefasta
consumiendo o no gluten al no revisar si cubres tus necesidades a nivel
nutricional. Por tanto, debes acudir a un dietista o nutricionista que te guíe
y, después, ver si hay una recomendación para mejorar algunos puntos claves
como en las patologías dermatológicas o en el síndrome de intestino
irritable", ha recalcado a Europa Press.
De esta
manera, se debe seguir una dieta equilibrada, basada en productos de origen
vegetal donde tienen cabida los de origen animal, con cereales integrales y con
los mínimos productos refinados y procesados, "y no caer en la idea de que
te vas a quitar el gluten porque mejora tu salud".
Intolerancia permanente al gluten
En
primer lugar, los síntomas para detectar intolerancias al gluten suelen ser
"problemas digestivos como gases, pesadez, dolor abdominal, diarreas o
estreñimiento, así como problemas dermatológicos, fatiga, alteraciones de los
ritmos del sueño o alteraciones hormonales", ha indicado San Mauro.
El
trastorno más relacionado con el gluten es la enfermedad celíaca, pero también
puede afectar en otros desórdenes como el síndrome de intestino irritable, la
sensibilidad al gluten no celíaca o la alergia al trigo. Todos ellos tienen
síntomas en común y, dadas sus implicaciones, hacen necesario un diagnóstico
precoz y diferenciado.
La
enfermedad celíaca es una intolerancia permanente cuyo origen es aun
desconocido aunque en su desarrollo contribuyen factores genéticos y
ambientales. Esta patología provoca una inflamación crónica de la mucosa del
intestino delgado y, progresivamente, una atrofia de las vellosidades
intestinales.
La
prevalencia en España es del uno por ciento de la población y "se
considera que las epidemiología de la enfermedad celíaca tiene las
características de un iceberg ya que esta prevalencia puede ser mucho mayor
puesto que un importante porcentaje de casos permanece sin detectar", ha
señalado la gastroenteróloga pediátrica del Hospital
San Joan de Reus (Tarragona), Gemma Castillejo, también presente en el
seminario.
Otros trastornos derivados
La
sensibilidad al gluten no celíaca es un síndrome diferente a la enfermedad
celíaca pero también relacionada con esta proteína y, actualmente, las
estimaciones sobre su frecuencia se encontrarían entre el 1 y el 6 por ciento
de la población. Su diagnóstico se realiza por exclusión y el tratamiento pasa
por la dieta exenta de gluten, al igual que en la enfermedad celíaca.
Otro de
los trastornos es el síndrome de intestino irritable que se define como una
molestia común que puede afectar al 15 por ciento de la población general y que
se caracteriza por dolor abdominal, estreñimiento, diarrea, flatulencias e hinchazón.
En algunos casos, tal y como señalan los expertos, se ha observado que la dieta
sin gluten puede hacer que los síntomas disminuyan o lleguen a desaparecer.
La
alergia a algunas proteínas del trigo también puede ser un problema de
intolerancia al gluten. Sus manifestaciones son diversas y pueden ser
diferentes entre niños y adultos, ya que los niños se ven afectados normalmente
por la alergia al trigo clásica que desaparece durante la infancia.
Este
tipo de alergia presenta una sintomatología muy variada, desde síntomas
clásicos como picor e hinchazón de las mucosas, hasta molestias en el tracto
intestinal. La única opción terapéutica que existe en este caso es seguir una
dieta sin trigo y, según el grado en que se presente, también sin gluten.
Origen y últimas evidencias científicas
Actualmente,
se calcula que la heredabilidad de la enfermedad
celíaca se sitúa en torno al 87 por ciento siendo el principal factor genético
de riesgo el que reside en los genes 'HLA', aunque estos representen algo menos
de la mitad de la base genética de la patología.
El
resto de factores genéticos no han sido identificados, mientras que los
factores ambientales que influyen pueden ser las causas dietéticas, las
infecciones bacterianas o virales o el aumento de la permeabilidad intestinal.
Se estima que entre un 10 y un 30 por ciento de los familiares directos de
pacientes celíacos podrían padecer esta enfermedad.
"En
el futuro, se podrán diagnosticar a los individuos con una alta predisposición
genética antes de la aparición de los síntomas, lo que supondrá una mejora
importante en su calidad de vida y en la disminución de los costes sanitarios.
Además, se podrán abrir las puertas a nuevas dianas terapéuticas", ha
asegurado la doctora Castillejo.
Durante
el seminario han presentado los resultados del estudio 'GLUTOX', realizado por
la Sociedad Italiana de Gastroenterólogos del Hospital (AIGO) y publicado en la
revista científica 'Nutrients'. El informe revela que
uno de cada cinco pacientes diagnosticados con síndrome de intestino irritable
padecería sensibilidad al gluten no celíaca.
Entre
sus resultados se ha observado que al interrumpir la ingesta de gluten, tres de
cada cinco pacientes dejaban de padecer los síntomas y molestias atribuidas al
intestino irritable. "El estudio comenzó con el objetivo de aportar
dimensión epidemiológica a la sensibilidad al gluten no celíaca, pero ha ido
más allá", ha declarado Gemma Castillejo.
"El
éxito radica en haber identificado un subgrupo de pacientes con un diagnóstico
certero de sensibilidad al gluten no celíaca entre aquellos con reacción al
gluten". Finalmente, el estudio también ha revelado que, para un número
significativo de pacientes, el hecho de introducir una solución terapéutica
como la dieta sin gluten ha significado un alivio de sus molestias.